Fue un destacado veterinario. Especializado en caballos, es considerado una eminencia en su área. Fundó la veterinaria San Martín y falleció en 2015, a los 102 años.

Veterinario ejemplar y una eminencia para sus colegas. Vecino amable y futbolista apasionado. Todo eso y más fue don Raúl Buide a lo largo de una vida que se extendió por más de un siglo, con una trayectoria que lo llevó a recibir premios y reconocimientos hasta el último día.

Buide nació en José C. Paz el 7 de octubre de 1912, pero se mudó con su familia a Pilar cuando tenía apenas seis años. Luego de cursar la primaria en la Escuela N°1, al terminar sexto grado debió trasladarse hasta el Colegio Nacional Carlos Pellegrini, en donde ingresó como alumno regular a nivel Secundario.

Raúl era hijo de Manuel Buide, un español emprendedor que eligió Pilar para asentarse definitivamente con su familia. Fue él quien propició la instalación de la primera red de luz eléctrica de la ciudad: para albergar a los obreros de la incipiente empresa, loteó una serie de terrenos cercanos a las vías del FFCC San Martín, barrio que hoy es denominado precisamente Villa Buide en honor a su creador.

En aquel Pilar de calles de tierra y escasos habitantes fue naciendo la vocación de Raúl: la salud. Si bien en su juventud soñaba con ser médico, salió sorteado para realizar el servicio militar obligatorio y sus planes de estudiar debieron postergarse.

Al finalizar la conscripción, en 1934, se encontraba algo desorientado con respecto a su futuro, aunque una mañana leyó en el diario que a fines de febrero se cerraría la inscripción en la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Su vocación de curar se trasladó a los animales.

Así comenzaron sus estudios en Capital Federal, ayudado económicamente por su hermana Ofelia. Durante muchos años, la rutina fue la misma: tren hasta Villa Devoto y de allí tomar el colectivo 5 para llegar hasta la Clínica de Grandes Animales de la Universidad de Buenos Aires. El camino inverso lo depositaba en Pilar recién a las 19.

Mientras, en los pocos ratos libres se dedicaba al deporte, en especial el fútbol –siguiendo a su querido San Lorenzo de Almagro-, cuando era un temible “inside” izquierdo de la Liga Mercedina. Además, también fue maratonista.

 

Eminencia

Hace más de 80 años, cuando Raúl Buide se inició en la veterinaria, la profesión era casi desconocida y tan sólo existían un puñado de profesionales destacados en todo el país.

Apenas el joven obtuvo el título de la UBA, el por entonces intendente Luis Battaglia lo designó Veterinario Municipal, pero con una misión especial y que quizás no era la que imaginaba en aquellas largas noches de estudio: perseguir e infraccionar a los lecheros tramposos que le echaban agua a la leche para engañar a los clientes…

Desde un principio le interesaron las enfermedades equinas, perfeccionándose en Inglaterra y la prestigiosa Universidad de Cornell, en Nueva York. Luego de una larga temporada en la docencia, sintió que había llegado el momento de ejercer su profesión, por lo que comenzó a atender caballos en Pilar, consiguiendo una buena clientela, primero en domicilios y luego en haras y demás establecimientos. Además, con uno de sus grandes maestros, el doctor Oscar Newton, recorrió el país curando todo tipo de caballos.

En su ciudad fundó la veterinaria San Martín, cuya sede original continúa funcionando en la esquina de San Martín y Tucumán, dejando la posta a su hijo, también llamado Raúl.

Docente de prestigio, respetado por alumnos y colegas, a mediados de la década de 1980 fue designado por la UBA con el título de Profesor Emérito de la Facultad de Ciencias Veterinarias, una distinción notable; mientras que desde 1984 fue miembro de número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

La vasta experiencia que acumuló con los años se plasmó en su libro “Manejo de haras, problemas y soluciones” (1977), un manual indispensable para la profesión. Escribirlo le llevó nada menos que once años, pero en sus páginas está reflejada toda su sabiduría. Incluso sigue siendo material de consulta aún en nuestros días.

Formador de profesionales, paternal con sus alumnos, Raúl Buide es una verdadera leyenda en el mundo de la veterinaria. En 2010, cuando estaba cerca de cumplir los 98 años, fue distinguido por la Universidad de Buenos Aires –en el marco de su 190º aniversario- como personalidad benemérita de la Facultad de Ciencias Veterinarias.

La vida de Raúl Buide se apagó el 11 de mayo de 2015, a los 102 años, noticia que caló hondo entre los vecinos y el ámbito de su profesión. Sin embargo, detrás quedaba un larguísimo camino de dedicación y excelencia.

Conocénos

No son leyendas, ni se aplica el rigor del historiador: está compuesto por relatos sobre vecinos, personajes y sucesos que marcaron al distrito a lo largo del tiempo, especialmente en el sigo XX.

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