Es el padre de la paleontología en Argentina. Comenzó recolectando restos con su hermano en la cuenca del río. Buscan expropiar la casa de Luján en la que comenzó sus estudios.

Ejemplo indudable de aquellos prohombres del siglo XIX, Florentino Ameghino fue clave para el desarrollo de la paleontología y los estudios arqueológicos en nuestro país. Nacido en Italia en 1853, con su familia se radicó en Luján, donde comenzó sus primeros estudios movido por la curiosidad.

Así, el río Luján y los parajes de su cuenca fueron su primer escenario de estudio, hallando restos fósiles que marcaron un antes y un después para su campo de investigación.

A partir de sus incursiones en todo el país, se calcula que unas 6.000 nuevas especies fósiles, centenares de géneros y de familias le deben a Ameghino su incorporación a la ciencia.

A mediados de octubre, el Concejo Deliberante de Luján sancionó una ordenanza que declara “de utilidad pública y sujeta a expropiación una de las propiedades pertenecientes a la familia de Florentino Ameghino, donde el mítico científico realizó sus primeros estudios paleontológicos.

El proyecto, aprobado por unanimidad, era impulsado desde hace largo tiempo por la Junta Municipal de Estudios Históricos del distrito vecino.

 

Vecino ilustre

Como recordó el medio lujanense El Civismo, la familia Ameghino (arribada desde Italia) residió en dos casas de Luján: la ubicada en Las Heras 466 —donde hoy funciona el Museo Municipal— y la propiedad de la esquina de la avenida Dr. Muñiz y Colón. Además, esa segunda vivienda es una de las dos esquinas de la ciudad que no posee ochava, es decir, que conserva un ángulo recto de noventa grados.

Además, mediante el Decreto N° 1118 (sancionado el 4 de junio de 1982), el Poder Ejecutivo Nacional declaró lugares históricos los solares donde se emplazan ambos inmuebles.

Por esto, desde la Junta Municipal explicaron que la casa que se quiere expropiar “posee características arquitectónicas representativas de la época en la que fue edificada. La esquina sin ochava nos remite al decreto firmado durante el mandato de Bernardino Rivadavia en 1821, cuando se estableció la obligatoriedad de construir ochavas en las esquinas para facilitar la visibilidad peatonal y vehicular”.

Luego de uno inicio como pulpería, en 1869 la propiedad fue adquirida por Antonio Ameghino para asentarse con su familia. Durante años, el hombre mantuvo un almacén en esa esquina mientras sus hijos, Carlos y Florentino, clasificaban y estudiaban los fósiles que recolectaban en sus caminatas por las márgenes del río Luján. En la parte alta de la vivienda, los hermanos destinaron un altillo para conservar los restos óseos que hallaban.

 

Preservación

El intento de recuperar la vivienda no es nuevo: el medio antes mencionado indicó que la Junta Municipal de Estudios Históricos ya había promovido en 1974 una ordenanza de expropiación del inmueble. “Este es un tema de más de 50 años; no viene de ahora. La expropiación nunca se concretó y la casa corre riesgo, porque si el Estado no insiste, los ocupantes podrían obtener la posesión definitiva”, explicó Javier Casset, integrante de la Junta.

Tras la partida de Carlos Ameghino de Luján, la propiedad comenzó a alquilarse. En 1938 fue heredada por su viuda, quien, al fallecer, no dejó sucesores directos, ya que ninguno de los tres hermanos Ameghino tuvo hijos. Desde entonces, la vivienda fue habitada por diversas familias hasta la actualidad. “Creemos que este es un buen ejemplo de preservación patrimonial, de la memoria colectiva de Luján, y un homenaje a la familia Ameghino”, destacó Casset.

Por su parte, el historiador Claudio Tuis, también miembro de la Junta, participó de la sesión en el Concejo Deliberante y recordó que “Luján ya cuenta con una ordenanza que la declara Cuna de la Paleontología Argentina”.

Conocénos

No son leyendas, ni se aplica el rigor del historiador: está compuesto por relatos sobre vecinos, personajes y sucesos que marcaron al distrito a lo largo del tiempo, especialmente en el sigo XX.

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